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Hace ya unos meses que la Administración Tributaria, a través de la Dirección General de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), publicó la Resolución de 8 de enero de 2018 por la que se aprueban las directrices generales del Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2018.

En el presente Plan Anual, la AEAT destacan como medidas generales la información y asistencia a través de las nuevas tecnologías, facilitando con ello el cumplimiento voluntario por parte de los contribuyentes, y como medidas más concretas aquellas actuaciones tendentes al control del IVA.

Si bien en un principio pudiera parecer que nos encontramos ante meras declaraciones de voluntad, lo cierto es que nada mas lejos de la realidad, ya que la AEAT nos indica en qué va a centrar sus esfuerzos y recursos.

Prueba de ello, por ejemplo, es que hace tan solo unos días podíamos ver en las noticias cómo la Policía Nacional en colaboración con la AEAT destapaba una trama de fraude por importe de 7 millones de euros, por la comercialización de productos electrónicos procedentes de China.

Si contrastamos dicha información con el contenido del Plan Anual comprobamos como en el apartado E. 2 la AEAT se refiere muy concretamente a la necesidad de efectuar una“comprobación e investigación combinadas de las importaciones de productos de consumo, textiles y otros con origen asiático”.

 Adoptándose como medida la coordinación de “las acciones de inspección con otras de tipo preventivo y de inducción al cumplimiento”, y cuya finalidad es “limitar el fraude originado por importaciones infravaloradas seguidas de ventas en economía sumergida de multitud de productos de consumo”.

Junto a ello, en apartados siguientes, la AEAT nos indica que no solo va a revisar estas transacciones, sino que expresamente se va a fijar en mayor medida en aquellas actividades en las que existen indicios que se declaran operaciones por importes inferiores a los servicios realmente prestados como son las empresas de logística y el sector de los vehículos.

Conforme a ello, se advierte claramente que ambos sectores van a estar bajo la lupa de la AEAT, al menos el presente ejercicio, por lo que resulta esencial buscar un asesoramiento especializado desde una doble vertiente, tanto la del derecho mercantil como la del fiscal.